A pesar del entusiasmo por la inteligencia artificial, muchas organizaciones siguen sin ver resultados reales. Invierten en herramientas, desarrollan modelos y contratan expertos, pero el impacto no llega. ¿La razón? Siguen viendo la IA como un proyecto tecnológico, cuando en realidad debería ser una herramienta estratégica al servicio de objetivos claros.
Esa desconexión inspiró a Pharu Analytics a crear Goal-Based Data Organization (GBDO), un enfoque que cambia el punto de partida: en vez de comenzar por los datos, comienza por las metas del negocio.
GBDO invierte la lógica tradicional. Parte preguntándose qué quiere lograr la organización —aumentar el valor de cliente, reducir riesgos, mejorar eficiencia— y desde ahí construye el camino: define decisiones clave, identifica los datos realmente necesarios y diseña modelos para apoyar esas decisiones. El resultado no son pilotos aislados, sino una IA diseñada para transformar.
Pero GBDO también cuestiona una práctica común: la acumulación indiscriminada de datos. Muchas empresas sufren el síndrome de Diógenes de datos, almacenando información con la esperanza de que “algún día” sirva. Este enfoque propone lo contrario: primero el problema, luego los datos que de verdad se necesitan. Porque más datos no significan mejores decisiones.
Lo que propone GBDO no es solo una metodología, sino un cambio cultural. No se trata de tener más modelos o más máquinas: se trata de poner a las personas —y sus decisiones— en el centro. Los modelos deben integrarse al flujo operativo, a las decisiones diarias, a la manera en que equipos actúan y aprenden. Porque un modelo aislado, por muy preciso que sea, no genera impacto si nadie lo usa.
Además, GBDO no ve la IA como una solución estática. Es un proceso adaptativo, donde modelos y estrategias evolucionan con los objetivos y el contexto del negocio. Así, las herramientas no quedan obsoletas ni desconectadas, sino que crecen con la organización.
En un escenario donde abundan los algoritmos sin aplicación y los datos sin propósito, GBDO es una brújula. Una forma concreta de asegurar que la inteligencia artificial evite costos innecesarios y esté al servicio de lo que realmente importa: que las personas tomen mejores decisiones.