Existe mucho debate respecto a cuán optimo es invertir en criptomonedas. Los retornos pasados de estas generaron una creencia generalizada de lo rentable de este tipo de activos. Lo cierto es que es difícil pensar que un vehículo de inversión cuyos fundamentales son tan difusos, puede ser una fuente de atesoramiento de valor segura en el mediano o largo plazo. Tenemos que recordar que, a diferencia de los activos tradicionales, estos no generan flujos de caja intermedios: el único flujo es el valor de liquidación de sí mismo.
Sin duda, si tenemos la suerte de comprar a un precio menor al de venta, puede generar una importante ganancia y es acá donde existe la gran tentación. El problema es que, dada su extrema volatilidad, es imposible predecir este movimiento. Los modelos predictivos han mostrado su gran ineficacia en el último tiempo en lograr proyectar qué sucederá con los precios en estos mercados.Muchos de estos no logran superar el tirar una moneda para apostar si el precio sube o baja.
Si analizamos un poco en este tipo de activos, es casi imposible pensar en una serie de variables que puedan explicar sus movimientos. Dicho de otra manera, ¿qué miramos para poder saber si el precio subirá o bajará? En una propiedad, puedo mirar el valor del arriendo, sus atributos; en una acción puedo observar la estrategia de la firma, su política de gobierno corporativo, etc. Pero, ¿qué puedo observar de manera fundamental para tener alguna idea del valor futuro de las criptomonedas? La respuesta pareciera ser que no hay tales características que le den un valor justo a este activo, lo que finalmente deriva en que la teoría financiera no puede ser el soporte de análisis en este mercado.
Quizás una buena señal es que, en el círculo de expertos mundiales en este campo y con los que en muchas ocasiones hablamos de la optimalidad de la inversión en criptomonedas, no conozco nadie que posea una exposición importante de su portafolio en este activo. Dicho de otra forma, aquellos inversionistas o académicos que conozco y que estudian profundamente este activo, poseen un bajo porcentaje de este en su cartera de inversión. Una señal bastante clara, desde mi punto de vista, de que invertir en ellos realmente implica jugar a la ruleta rusa.
Autor:
Alexis Montecinos